Cómo conseguir que el estrés se reduzca

Se estima que aproximadamente un 90% de la población adulta española (entre los 18 y los 65 años) ha sufrido estrés. En principio, vivir períodos de estrés es algo que, por desgracia, está asociado a nuestra forma de vida; sin embargo, mantener un estrés continuado puede tener consecuencias muy negativas sobre nuestra salud y desencadenar otras patologías o influir negativamente en ellas. Por ello, el hecho de que un 42% de la población española sufra estrés de forma frecuente o de forma crónica es un dato que debe preocuparnos.

El estrés es un mecanismo fisiológico natural que nos ha acompañado en la evolución humana a sobrevivir en situaciones de peligro. Ante una amenaza, nuestro cuerpo, a través de neurotransmisores y hormonas, se coloca en situación de alerta. Se prepara nuestro aparato locomotor y se incrementan las pulsaciones (la frecuencia cardíaca) y la ventilación pulmonar. Sin embargo, mantener esta situación de forma constante resulta negativo para nuestro organismo.

¿Cómo podemos reducir el estrés?

Hay un porcentaje muy elevado de la población que sufre estrés que ve imposible disminuirlo ya que el enfoque suele ser pensar que tenemos que dejar de realizar todos nuestros quehaceres diarios y, evidentemente, esto no es posible; no podemos dejar de llevar a los niños al colegio, preparar la comida, comprar en el súper, acudir puntualmente al trabajo y realizar nuestras tareas de forma eficiente, etc, etc. Pero el estrés no es solo debido a la sobrecarga de tareas actual, también a una tendencia de prever tareas futuras, lo que, en ocasiones, nos puede incluso bloquear.

Una de las primeras recomendaciones para reducir el estrés es precisamente valorar la necesidad real de realizar todas esas tareas diarias de la forma en las que las realizamos; algunas, como hemos dicho, son inexcusables, pero otras, pueden ser eliminables o reprogramadas para más adelante. También la forma en que las afrontamos, la actitud.

El ejercicio físico es fundamental para reducir el estrés. Alguna rutina de ejercicio debemos incluir en nuestra semana, al menos tres veces por semana. Esto puede ser desde pasear, realizar alguna actividad colectiva (clases de pilates, yoga, etc.) o algún ejercicio intenso en el gimnasio. Eso lo decides tú, pero tu mente te lo agradecerá y disminuirá tu nivel de estrés. Tus tareas diarias serán las mismas, pero la forma de afrontarlas será distinta.

Una buena alimentación, sana y equilibrada. Si nuestra alimentación no es la adecuada puede que necesitemos complementarla con algún complejo vitamínico o nutricional. Podemos hacerlo con suplementos alimenticios de venta en farmacias, desde suplementos vitamínicos generales para estados carenciales hasta preparados específicos de estados fisiológicos concretos. Pregunta en tu farmacia por el más adecuado para ti.

El estrés, ese estado de alerta, influye en el sueño. Tanto en la capacidad para conciliar el sueño como en la calidad de este. Igualmente, la falta de sueño o su mala calidad, harán que nuestro día a día sea difícil de llevar. En la farmacia disponemos de distintas preparaciones de parafarmacia basados en productos naturales que te pueden ayudar a conciliar el sueño y ayudarte a relajar tu cuerpo de las tensiones diarias. Podemos comprar estos productos que nos ayuden a tener un sueño reparador en forma de infusiones, pastillas o grageas, por ejemplo, melatonina. La mayoría de estos productos naturales para el insomnio de venta en farmacias no requieren de receta médica, no dudes en consultar en tu farmacéutico por las distintas preparaciones y combinaciones.

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