El frío ha llegado y lo ha hecho en muchos lugares en forma de nieve. La bajada de las temperaturas no sólo hace que sintamos frío, sino que éste deja su huella en la piel. Con el frío, hay pieles que lucen pálidas como resultado de la vasoconstricción, por la cual los capilares se contraen disminuyendo la irrigación.
Por ello, hay menos oxígeno y nutrientes para las células, se retarda el recambio y se acumulan las células muertas. De ahí el aspecto opaco y grisáceo.
Además, la piel se encuentra tirante, y como resultado de la capa formada por las células muertas, se impide que la secreción sebácea llegue a la superficie a lubricar y nutrir la epidermis, dejando la piel seca y sensible.
Por todo ello es más que recomendable que utilicemos una crema buena para así proteger nuestra piel. Para el frío, sería aconsejable un que tuviera vitamina C, que es la que permite reafirmar las paredes de los capilares, evitando la rotura de éstos.
Ante cualquier duda, nosotros os aconsejaremos sobre qué crema es la más adecuada para cada situación y piel.
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