La menopausia en la mujer lleva consigo una serie de cambios a todos los niveles, y la piel no se libra de ellos.
Si a eso le sumamos que la piel de la mujer es más fina que la del hombre, a cualquier edad, la llegada de la menopausia hace que se note más.
Es a partir de los 50 años cuando la piel empieza a mostrarse más seca, fina, flácida y áspera, con arrugas y cambios de pigmentación, dilataciones vasculares, dificultad de cicatrización o crecimiento de diversas formaciones benignas. A todo ello se le suma, que la hidratación cutánea disminuye.
Disminuye la capacidad de reparación de los tejidos y al haber menos colágeno, aparece la flacidez, especialmente en rostro, brazos y muslos.
Los estrógenos controlan el funcionamiento de los melanocitos, células encargadas del tono cutáneo. Y es en esta fase de la vida de las mujeres cuando su número disminuye, perdiendo el control sobre la melanina y provocando la aparición de manchas de la edad y lentigos.
Es por ello por lo que en esta fase de la vida, hay que prestar especial interés a la piel.
Os dejamos una seria de consejos que os podrían ser de gran utilidad:
- Una higiene correcta con jabones líquidos no irritantes que mantengan el pH alcalino.
- Productos antioxidantes en los tratamientos cosméticos.
- Hidratación interior y exterior. Diariamente hay que consumir al menos un litro de agua y utilizar cosméticos hidratantes tras el baño.
- Utilizar protección ante la radiación solar.
- Una alimentación equilibrada rica en proteínas y antioxidantes, sin excederse en el consumo de carbohidratos.
- Evitar el sobrepeso y limitar el alcohol y el tabaco.
Deja una respuesta