El calor pasa factura a nuestro estado de ánimo

Durante este verano el calor está siendo la nota predominante.  Hasta ahora se  ha hablado de los posibles efectos que pueden tener las altas temperaturas sobre el organismo. Las fuertes olas de calor provocan que las personas sufran vasodilatación, sudoración abundante y pérdida de líquidos y electrolitos a través de la piel.

Pero además, el calor pasa factura a nuestro estado de ánimo. Las personas meteorosensibles, en momentos de calor,  son más impulsivas, impacientes y tienen más tendencia al mal humor. Para apaciguar el intenso calor y los efectos que conlleva a diferentes niveles, es recomendable comer alimentos con pocas caloríasno ingerir alcohol, descansar más horas de las normales (siesta), reducir drásticamente la actividad física, usar ropas ligeras, no exponerse directamente al sol y beber muchos líquidos.

Como veis, aunque en teoría el verano es una de las estaciones donde más alegres podríamos estar, el calor puede poner algún que otro obstáculo.

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