¿Cuántas veces, siendo pequeños, vuestros padres os han hecho esperar un tiempo prudencial para lanzarnos a la piscina después de comer, alegando que os podía dar un corte de digestión?
Ahora bien, ¿en qué consiste el tan temido corte? ¿Se trata realmente de un problema digestivo? Tal y como señala el jefe de Servicio de Aparato Digestivo de los Hospitales Universitarios HM Montepríncipe, HM Torrelodones y HM Puerta del Sur, el doctor Luis Moreno, el corte de digestión no es un problema digestivo, sino que afecta al sistema cardiocirculatorio y se denomina hidrocución.
Y es que el contacto brusco con el agua fría produce una disminución de la frecuencia cardíaca con disminución del flujo de la sangre al cerebro que puede llevar a la pérdida de conocimiento e incluso a la parada cardiorrespiratoria.
La hidrocución no sólo se produce después de comer, sino que puede darse por meterse al agua bruscamente tras tomar el sol mucho tiempo, hacer ejercicio físico intenso o tomar algunos tipos de psicofármacos.
Para evitar que esto ocurra, se aconseja no zambullirse de golpe, sino entrar poco a poco en el agua mojando los pies, las muñecas y la nuca. Los principales síntomas de la hidrocución son dolores de cabeza, palidez, náuseas, vómitos, mareo, visión borrosa y, en casos graves, pérdida de conocimiento y parada cardiorrespiratoria.
Fuente: Deia
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