Las cicatrices y el sol están condenadas a no entenderse

Operaciones, caídas… todo ello deja su huella en forma de cicatriz. De hecho, se calcula que un 30% de la población tiene una cicatriz en alguna parte del cuerpo.  En verano hay que prestarles mayor atención que en el resto del año ya que el sol, además de picores y molestias, no es un buen aliado.

El proceso de maduración de una cicatriz suele durar entre uno y dos años, según los expertos, aunque sigue habiendo cambios hasta 20 años después. En algunos casos, puede que el organismo crea que no ha curado del todo la herida y la piel no deje de cicatrizar.

Además de las tradicionales cicatrices, también hay que ser precavidos con las pequeñas marcas de acné de la cara. Se ha demostrado que la radiación solar causa inflamación en las cicatrices, así como un aumento de la pigmentación de la piel y enrojecimiento. Una vez curada, los expertos aseguran que mejor que no dé el sol a la cicatriz.

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