¿Por qué hay que acabar el antibiótico?

Los antibióticos son medicamentos utilizados para tratar y curar enfermedades infecciosas causadas por bacterias. Los antibióticos no curan enfermedades víricas. Si tenemos una infección vírica y se nos ha prescrito un antibiótico es para tratar otras infecciones bacterianas que puedan concurrir con la causada por el virus, pero no para acabar con este.

No todos los antibióticos son iguales en cuanto a su estructura química y mecanismo de acción, ni actúan sobre todas las bacterias o microorganismos. Aunque hay antibióticos más genéricos otros son muy específicos.

El problema que existe actualmente es que las bacterias han desarrollado resistencia a los antibióticos, es decir, muchos de ellos ya no son efectivos para tratar los causantes de la enfermedad, esas bacterias para los que fueron diseñados. Esto se produce porque las bacterias han evolucionado y han adquirido nuevos mecanismos para conseguir zafarse de su acción. Y es importante que como usuarios y consumidores de antibióticos sepamos que el hecho de no acabar todo el tratamiento que nos han prescrito, es decir, no tomar todas las dosis y los días que nos indicó nuestro médico, es una de las principales causas de que se hagan resistentes.

Y ¿cómo consiguen las bacterias hacerse resistentes?

Las bacterias mutan de forma natural y se van adaptando al ambiente que las rodea, en un ambiente hostil, por ejemplo, en presencia de antibiótico, van siendo seleccionadas las que sobreviven. Si están rodeadas de antibiótico a bajas dosis, no suficiente para matarlas, ese ambiente hará que proliferen aquellas que son capaces de sobrevivir en él, es decir, las resistentes. Por ello, para evitar este problema tenemos que tener en cuenta estos tres puntos fundamentales:

  1. Tomar antibiótico sólo cuando nos lo ha prescrito el médico. Nunca usar restos de antibiótico de otras veces si no es exactamente el mismo que nos han vuelto a recetar.
  2. Tomar el antibiótico siguiendo exactamente las pautas que nos han marcado. Dosis y número de tomas.
  3. Acabar todo el tratamiento, es decir, todos los días que nos marcó el médico.

Teniendo en cuenta además que el efecto selectivo que hace un antibiótico en bajas dosis o poco tiempo en nuestro cuerpo es similar al que haría en el medio ambiente, vamos a incluir también como pauta de consumo de antibióticos otra muy importante:

  1. Llevar los antibióticos caducados a la farmacia y depositarlo en el Punto SIGRE de nuestra farmacia para que se procesen de forma no perjudicial al medio ambiente. Jamás tirarlo a la basura sin más.

El problema de la resistencia a antibióticos es un problema grave de sanidad pública. Por ello las administraciones sanitarias siguen unos protocolos muy estrictos a la hora de la dispensación de estos medicamentos, siendo fundamental solicitarlos en la farmacia con receta médica.

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